Las brujas de San Bartolomé y Calguasig

En la Sierra centro son muchas las historias reales de brujería, prácticas que realizan curanderos de la zona para empeorar o mejorar situaciones de la vida, como el amor, salud, dinero, entre otras. En los cuentos de Ramos, se hace referencia a dos episodios en dos cuentos por separado. Uno es el de La bruja de San Bartolomé, y el otro El Libro de la vida, que hace referencia a las brujas de Calguasig.

El primero narra sobre tres niños jugaban en las montañas de la parroquia Pinllo, en Ambato, y se percataron del momento en que una mujer realizaba un hechizo, incluido un sacrifico. Los niños aterrados trataron de alejarse pero fue muy tarde, pues la mujer se percató y echó sobre ellos una maldición que atraía accidentes y situaciones negativas a sus vidas. Este maleficio continuaba de generación en generación. 

"Yo nací allí (Pinllo), y nuestros abuelos nos contaban al calor de las fogatas las historias que ellos presenciaron en su juventud, eso era la tradición oral. Y esa leyenda ha tomado fuerza en ese sector de la Sierra centro", detalla el escritor. 

Mientras que a las bruja de Calguasig hace referencia al famoso Libro de la vida y a San Gonzalito. Ramos califica a esta creencia como un método de estafa y brujería que causa horror a las comunidades de Tungurahua y Chimborazo, pues al ser pueblos superticiosos creen en los mensajes de supuestas brujas.

Fue un terror psicológico, detalla el escritor, pues cada familia no lograba la tranquilidad al saber que el nombre de uno de sus integrantes constaba en el libro. Ramos detalla que aún se dan muchos casos, incluso muchos comuneros aplican la justicia indígena para castigar a las mujeres que se dedican a la brujería maligna.




Créditos: E.A.G.A

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