Los pies de la cumbre británica

La Columbia Británica es una provincia canadiense reconocida mundialmente por sus escenarios naturales y por la actitud relajada de sus habitantes. Desde hace diez años, también ha acaparado la atención por un asunto ligado más a la crónica negra que a los catálogos de viaje: el hallazgo de pies humanos en sus playas. La semana pasada, Mike Johns realizaba una caminata con sus perros por la zona sur de la isla de Vancouver cuando uno de los canes alertó de algo inusual entre la arena. Era un pie humano que portaba calcetín y zapato, aún con la tibia y el peroné. Es el caso número 13 de este tipo desde 2007.

Johns volvió a su casa con el hallazgo y llamó a la policía. Andy Watson, portavoz de la Oficina del forense de la Columbia Británica, pidió en la cadena CBC a los ciudadanos que evitaran entrar en contacto con restos humanos y señalaran a las autoridades cualquier nuevo descubrimiento. Los expertos tratan ahora de obtener una muestra de ADN en la última extremidad hallada. Resulta complicado determinar desde hace cuánto tiempo estaba en el agua, pero el modelo del zapato podrá aportar pistas. El último de estos tétricos descubrimientos lo había hecho una pareja en febrero de 2016, a orillas de una playa de Port Renfrew.

Circulan distintas explicaciones sobre el origen de los 13 pies hallados en la provincia canadiense. Unos evocan el proceder de algún asesino en serie, como producto de las historias contadas en series y películas, pero también por el impacto de los crímenes de Robert Pickton, quien fue condenado en 2007 por el asesinato en Vancouver de seis mujeres (aunque se sospecha que mató a 21 más). La policía halló varios restos de las víctimas en la granja porcina de Pickton. Otros piensan que los pies provienen del tsunami asiático de diciembre de 2004.

Sin embargo, los expertos aportan argumentos más convincentes. De los 13 pies hallados hasta el momento, se ha logrado identificar ocho que pertenecieron a seis personas. Ninguna fue víctima de homicidio, ya que se probó que fallecieron por accidente o por suicidio. “No hay ningún caso que sugiera un homicidio. En todos hay una explicación alternativa, muy razonable”, declaró en febrero de 2016 a The Canadian Press Barb McLintock, miembro de la Oficina del forense de la Columbia Británica.

Los investigadores han subrayado de igual forma que los cuerpos habitualmente se hunden en el fondo del mar, pero que un pie dentro de un zapato elaborado con ciertos materiales sigue a flote y puede ser transportado por la corriente, la cual cobra mayor fuerza durante los meses de invierno en el oeste canadiense. Asimismo, los expertos concluyeron que los pies hallados en los últimos diez años no fueron cortados con instrumento alguno. 





Créditos: M.L.C.P



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